PROFESOR: L.E. Ricardo Rangel
Chávez
ALUMNO: Eduardo Javier
Gutiérrez Flores.
ASMA
INTRODUCCION.

El asma es la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en el mundo. Puede afectar a cualquier ser humano, independientemente de todas las razas, edades, o género.
El asma no distingue condición socioeconómica, ni región geográfica, ya que afecta tanto a población de las grandes ciudades como de las zonas marginales y rurales. A pesar de un creciente y vertiginoso conocimiento de la enfermedad, derivado de la investigación básica, clínica y epidemiológica, aún se carece de un recurso terapéutico que permita la curación de los enfermos. Sin embargo, es posible afirmar que la enfermedad es 100% controlable en la gran mayoría de los casos. A pesar de la abundante información disponible es desafortunado que el subdiagnóstico y el subtratamiento son realidades de la práctica médica cotidiana. Esta situación afecta directamente a los enfermos ya que incrementa la frecuencia de hospitalizaciones, incrementa los costos de la atención médica y favorece el ausentismo escolar y laboral. En consecuencia, se deteriora la calidad de vida de los pacientes con asma.
DESARROLLO.
El asma es una enfermedad inflamatoria crónica
de la vía aérea, caracterizada por Inflamación, hiperactividad bronquial que
lleva a episodios recurrentes de sibilancias y broncoespasmo, se manifiesta
por tos, disnea, opresión torácica,
sibilancias, asociado a limitación variable del flujo aéreo que a menudo es
reversible espontáneamente o con tratamiento.
Epidemiologia
La Organización Mundial de la Salud
y el Foro Internacional de Sociedades Respiratorias
(FIRS, Forum of International Respiratory Societies) estiman entre 300 y 235 millones de pacientes con asma en todo el mundo, respectivamente. Cualquiera que sea la cifra más certera, la prevalencia de asma es preocupante, máximo si se toma en cuenta a los enfermos que aún no tienen un diagnóstico definitivo.
En México, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 7 % de la población padece asma, lo cual significa aproximadamente 8.5 millones de mexicanos enfermos por este padecimiento respiratorio crónico. La Dirección General de Información en Salud señaló que en 2013 se registraron en todo el país 126 952 egresos hospitalarios por todas las enfermedades respiratorias, de ellos, 25 630 correspondieron a asma (20 % de las enfermedades respiratorias), La población de 0-14 años de edad es la más afectada seguida de las personas entre 15-64 años de edad. Entre los egresos hospitalarios, 47 son por defunción (0.03 % de todas las causas de muerte en el país), para una tasa de mortalidad de 1.8 por 1000 egresos.
(FIRS, Forum of International Respiratory Societies) estiman entre 300 y 235 millones de pacientes con asma en todo el mundo, respectivamente. Cualquiera que sea la cifra más certera, la prevalencia de asma es preocupante, máximo si se toma en cuenta a los enfermos que aún no tienen un diagnóstico definitivo.
En México, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 7 % de la población padece asma, lo cual significa aproximadamente 8.5 millones de mexicanos enfermos por este padecimiento respiratorio crónico. La Dirección General de Información en Salud señaló que en 2013 se registraron en todo el país 126 952 egresos hospitalarios por todas las enfermedades respiratorias, de ellos, 25 630 correspondieron a asma (20 % de las enfermedades respiratorias), La población de 0-14 años de edad es la más afectada seguida de las personas entre 15-64 años de edad. Entre los egresos hospitalarios, 47 son por defunción (0.03 % de todas las causas de muerte en el país), para una tasa de mortalidad de 1.8 por 1000 egresos.
Etiología
Etiología Multifactorial:
Antecedente de atopia familiar en el 80% de casos interactúan varios factores
para su expresión clínica, existen diversos mecanismos desencadenantes tanto
alérgenos intra como extra domiciliarios y contaminantes ambientales,
tabaquismo pasivo y activo, infecciones de la vía aérea superior
predominantemente virales, ejercicio, sensibilización ocupacional, cambios
climáticos, reflujo gastroesofágico, dieta, obesidad.
Fisiopatología
Alérgica
(mayor frecuencia): En el 70% de casos se puede encontrar una sensibilización
a aeroalergenos con producción de IgE
alérgeno específica, exposiciones subsecuentes activan la liberación de
mediadores inflamatorios con producción de inflamación bronquial,
broncoconstricción, e hiperreactividad de la vía aérea.
No Alérgica
(menor frecuencia) otros mecanismos, ingestion de medicamentos principalmente
AINES, autoinmunidad, sensibilización con alérgenos ocupacionales con mecanismo
no mediado por IgE .
Diagnostico
El diagnóstico de la enfermedad es generalmente
clínico el cual es fuertemente sugerido si hay combinación de tos, sibilancias,
dificultad respiratoria, de forma episódica y recurrente en un paciente con
antecedente familiar de atopia padres atópicos, así mismo la posibilidad
aumenta en un niño con otras enfermedades de origen atópico (Rinitis Alérgica,
Dermatitis Atópica)
Se clasifica como Intermitente, Leve Persistente,
Moderada Persistente, y Grave Persistente basados en la frecuencia y gravedad
de signos y síntomas.
La espirometria en niños > de 5 años; en niños <
5 años no es valorable la espirometria.
Diagnóstico de gabinete
El grado de reversibilidad en FEV1 que indica un
diagnóstico de asma generalmente se acepta como
> 12 % y > de 200ml del valor del prebroncodilatador,
para evaluar atopia realizamos determinación de Ig E sérica total y alérgeno específica para Dx. etiológico
(Rast o Cap system), Pruebas in vivo: pruebas cutáneas (prick test, prick by
prick, prueba de parches).
Diagnóstico por imágenes:
Rayos X convencionales son de poca ayuda, útiles en pacientes
cuando necesitamos realizar algún diagnóstico diferencial.
Diagnóstico Diferencial
Infecciosas:
Bronquiolitis (V. sincicial respiratorio), crup
laríngeo (V paraInfluenzae), gérmenes atípicos, resfriado común, Otras: reflujo
gastroesofágico, bronquiectasias por cualquier etiología, fibrosis quística,
disfunción de cuerdas vocales, cuerpo extraño en vías aéreas, tumores, neumonía
eosinófilica, aspergilosis broncopulmonar, síndrome de Churg-Strauss,
bronquiectasias.
Nota:
Actualmente se encuentra la clasificación por niveles de control en asma
controlada, parcialmente controlada y no controlada
Tratamiento
Manejo en Urgencias:
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Oxígeno para lograr una saturación de oxígeno igual o mayor a 95%.
β2 agonista de acción corta, en nebulización 150 mcg Kg Dosis cada 20 minutos hasta 3 dosis o en inhalador de dosis medida (MDI presurizado) 2 inhalaciones cada 20 minutos por una hora. Esteroides sistémicos hidrocortisona 5 mg Kg dosis.
Prednisona 1-2 mg Kg día, si no hay respuesta inmediata al β agonista.
Tratamiento a Largo Plazo:
Esteroides inhalados, esteroides vía oral,
Antileucotrienos, β2 agonistas de Acción Prolongada, Cromonas, Teofilinas de
Acción Prolongada, Inmunoterapia específica Combinación de glucocorticoide inhalado
y un broncodilatador agonista B2 de acción prolongada.
Conclusiones
El asma es una enfermedad más común de lo que muchos
creen, y su tratamiento debe ser rápido y adecuado para evitar complicaciones,
esta enfermedad es diferente en cada persona, en mi caso los cambios de
estaciones climáticas hacen que me den crisis asmáticas moderadas persistentes
y que muchas veces tenga que acudir a un centro hospitalario para que me puedan
controlar, en el sistema de emergencias en donde me desarrollo es muy poco
frecuente tener el material necesario
para realizar un tratamiento prehospitalario correcto y oportuno, es de vital
importancia el obtener estos conocimientos para el mejor manejo y desarrollo en
mi ámbito laboral.
Bibliografía
Neumol
Cir Torax, Vol. 76, Suplemento 1, 2017
Revista
Alergia México. 2017;64 Supl 1:s11-s128
Guía Mexicana del Asma, 64 Vol Año Supl 1 2017
Guía Mexicana del Asma, 64 Vol Año Supl 1 2017
EMBOLIA
PULMONAR
La embolia pulmonar o
tromboembolismo pulmonar (TEP) es
una enfermedad potencialmente mortal que se produce cuando partes de un trombo
se desprenden desde alguna parte del territorio venoso, migra y se enclava en
las arterias pulmonares. En la
mayoría de las ocasiones, los émbolos proceden de una trombosis venosa profunda
de las extremidades inferiores.
“Entre los factores
predisponentes relacionados con el paciente se incluye la edad, los
antecedentes de enfermedad
tromboembólica previa, el cáncer activo, las
enfermedades neurológicas con parálisis de extremidades, los trastornos médicos
que requieren reposo prolongado en cama, como la insuficiencia
cardiaca o respiratoria, la trombofilia congénita o adquirida, la terapia
hormonal sustitutiva y el empleo de anticonceptivos orales
DESARROLLO.
La embolia pulmonar (EP) o tromboembolismo pulmonar (TEP) es una urgencia vascular potencial que
se produce cuando una parte de un trombo, generalmente desprendida de una TVP
(y denominada entonces émbolo), pasa a la circulación pulmonar ocluyendo las
arterias pulmonares. Casi el 80 % de los pacientes con EP presentan indicios de
TVP,144 y aproximadamente la mitad de los que
tienen TVP proximal confirmada, tienen una EP asociada; como la TVP, la EP es
con frecuencia asintomática.145 Sin embargo, aproximadamente el 20-30 %
de los casos no presentan una causa (idiopáticos)
EPIDEMIOLOGIA
Se estima que a nivel mundial la
TEP se presenta en 1:1,000 habitantes anualmente; en España en 2010 se
reportaron aproximadamente 22,250 casos, con una mortalidad de 8.9%, mientras
que en 2011 en Estados Unidos de América se reportaron 35,730 pacientes con una
mortalidad de 11.5%.2 En México, Pulido y cols., del Instituto Nacional de
Cardiología, publicaron que de 1,032 autopsias realizadas entre 1985 y 1994,
231 casos (22.4%) presentaron embolia pulmonar, de éstos 100 se consideraron
masiva, 9.7% fue la principal causa de defunción registrada, mientras que la
sospecha diagnóstica fue de sólo 18% antes del fallecimiento.
Actualmente se encuentra en proceso un nuevo estudio de tromboprofilaxis en México que podrá arrojar nuevos datos sobre la epidemiología de TEP.
Actualmente se encuentra en proceso un nuevo estudio de tromboprofilaxis en México que podrá arrojar nuevos datos sobre la epidemiología de TEP.
ETIOLOGÍA
La embolia pulmonar
puede tener diferentes causas.
El punto de partida de
una embolia pulmonar es generalmente la obstrucción de un vaso sanguíneo (trombosis): la causa
en nueve de cada diez casos es un coágulo procedente
de las venas de la pelvis o de las piernas que es arrastrado hasta un vaso
pulmonar.
La parte que se desprende del coágulo, denominada émbolo, se desplaza a través de la vena cava inferior hasta el ventrículo derecho del corazón y desde allí hasta la arteria pulmonar derecha o izquierda.
Un émbolo grande obstruye un vaso de un tamaño también grande y desencadena repentinamente los síntomas.
La embolia pulmonar se desarrolla con frecuencia tras levantarse por la mañana, después de la defecación o tras un esfuerzo físico súbito. En estas circunstancias se producen fluctuaciones de presión en el sistema vascular que favorecen que se desprenda un coágulo y que llegue con la sangre a los vasos pulmonares a través de las venas.
La parte que se desprende del coágulo, denominada émbolo, se desplaza a través de la vena cava inferior hasta el ventrículo derecho del corazón y desde allí hasta la arteria pulmonar derecha o izquierda.
Un émbolo grande obstruye un vaso de un tamaño también grande y desencadena repentinamente los síntomas.
La embolia pulmonar se desarrolla con frecuencia tras levantarse por la mañana, después de la defecación o tras un esfuerzo físico súbito. En estas circunstancias se producen fluctuaciones de presión en el sistema vascular que favorecen que se desprenda un coágulo y que llegue con la sangre a los vasos pulmonares a través de las venas.
Los médicos distinguen
dos tipos de factores de riesgo de una trombosis y, por tanto, también de una
embolia pulmonar: los denominados factores de riesgo ADQUIRIDOS Y GENÉTICOS
FISIOPATOLOGÍA
Una vez que se produce la trombosis venosa profunda, los coágulos
pueden desplazarse y viajar a través del sistema venoso y de las cavidades
derechas del corazón hasta alojarse en las arterias pulmonares, donde ocluyen
parcial o completamente uno o más vasos sanguíneos. Las consecuencias dependen
del tamaño y el número de émbolos, las enfermedades subyacentes de los
pulmones, el funcionamiento del ventrículo derecho (VD) y la capacidad del
sistema trombolítico intrínseco del organismo para disolver los coágulos. La
muerte se produce debido a insuficiencia cardíaca derecha.
Los émbolos pequeños pueden no tener efectos fisiológicos agudos;
pueden comenzar a lisarse de inmediato y se resuelven en el transcurso de horas
o días. Los émbolos más grandes pueden causar un aumento reflejo de la ventilación
(taquipnea), hipoxemia debida al desequilibrio ventilación/perfusión (V/Q) y
bajo contenido de oxígeno venoso mixto como resultado del bajo gasto cardíaco,
atelectasias debido a la hipocapnia alveolar y las alteraciones del surfactante
y un aumento de la resistencia vascular pulmonar causada por la obstrucción
mecánica y por la vasoconstricción. La lisis endógena reduce la mayoría de los
émbolos, incluso aquellos de tamaño moderado, y las alteraciones fisiológicas
disminuyen en el transcurso de horas o días. Algunos émbolos resisten la lisis
y pueden organizarse y persistir.
La embolia pulmonar
puede ser designada de acuerdo a los efectos fisiológicos:
Masiva: deterioro de la función ventricular derecha con
hipotensión, definida por una PA sistólica < 90 mm Hg o una caída en la
presión arterial sistólica ≥ 40 mm Hg del valor basal por un período de 15
minutos y predice un riesgo significativo de muerte en cuestión de horas o días
Submasiva: deterioro de la función ventricular derecha sin
hipotensión
Pequeña: sin deterioro ventricular derecho y sin hipotensión
La embolia pulmonar en "silla de montar" describe un
émbolo pulmonar que se aloja en la bifurcación de la arteria pulmonar principal
y en las arterias pulmonares derecha e izquierda; estas embolias pulmonares son
generalmente submasivas o masivas.
En 3 al 4% de los casos, la obstrucción residual crónica produce hipertensión pulmonar (hipertensión pulmonar
tromboembólica crónica), que evoluciona durante meses o años y puede llevar a
la insuficiencia cardíaca derecha crónica.
Cuando émbolos grandes ocluyen las arterias pulmonares principales
o muchos émbolos pequeños ocluyen > 50% de los vasos más distales, aumenta
la presión ventricular derecha, que puede conducir a una insuficiencia aguda
del ventrículo derecho, shock o muerte súbita. El riesgo de muerte depende del
grado y la velocidad de elevación de las presiones de las cavidades derechas y
del estado cardiopulmonar de base del paciente. Los pacientes con enfermedad
cardiopulmonar preexistente tienen mayor riesgo de muerte, pero los pacientes
jóvenes y/o saludables pueden sobrevivir a una embolia pulmonar que ocluya >
50% del lecho pulmonar.
El infarto pulmonar (interrupción del flujo sanguíneo de la
arteria pulmonar que provoca la necrosis del tejido pulmonar, a veces
representada en la radiografía de tórax o en otras modalidades de diagnóstico
por la imagen por opacidad a menudo de aspecto cuneiforme, de base pleural
[situada en la periferia] [joroba de Hampton]) se produce en < 10% de los
pacientes con diagnóstico de embolia pulmonar. Esta tasa baja se atribuyó a la
vascularización doble del pulmón (es decir, bronquial y pulmonar).
Generalmente, el infarto pulmonar se debe a embolias más pequeñas que se alojan
en las arterias pulmonares más distales.
La embolia pulmonar también puede
originarse por causas no trombóticas
DIAGNOSTICO
- Tener un alto índice de sospecha
- Evaluar
la probabilidad antes de la realización de estudios complementarios
(basándose en los signos clínicos, incluida la oximetría de pulso y la radiografía de tórax) - Posterior comprobación con estudios complementarios según la probabilidad previa
El
diagnóstico es difícil porque los signos y síntomas son inespecíficos y las
pruebas diagnósticas no son 100% sensibles ni específicas. Es importante
incluir la embolia pulmonar entre los diagnósticos diferenciales cuando se
encuentran síntomas inespecíficos como disnea, dolor torácico pleurítico,
hemoptisis, mareos o síncope. Por lo tanto, la embolia pulmonar debe ser
considerada en el diagnóstico diferencial de los pacientes en los que se
sospecha
- Isquemia cardíaca
- Insuficiencia cardíaca
- Exacerbación de la EPOC
- Neumotórax
- Neumonía
- Sepsis
- Síndrome torácico agudo (en pacientes con enfermedad de células falciformes)
- Ansiedad aguda con hiperventilación
La
taquicardia significativa inexplicable puede ser un indicio. La embolia
pulmonar también debe ser tenida en cuenta en todo paciente adulto mayor con
taquipnea y alteraciones del estado mental.
La evaluación inicial debe incluir una oximetría de pulso y una radiografía de tórax. El ECG, la medición de gases en sangre arterial, o ambos pueden ayudar a descartar otros diagnósticos (p. ej., infarto agudo de miocardio). La radiografía de tórax suele ser inespecífica, si bien puede mostrar atelectasias, infiltrados focales, un hemidiafragma elevado o un derrame pleural. Los hallazgos clásicos de pérdida focal de las marcas vasculares (signo de Westermark), densidad periférica en forma de cuña (joroba de Hampton) o agrandamiento de la arteria pulmonar descendente derecha (signo de Palla) son sugestivos pero infrecuentes (es decir, insensibles) y tienen una especificidad desconocida. La radiografía de tórax también puede ayudar a descartar neumonía. El infarto pulmonar debido a la embolia pulmonar se puede confundir con neumonía.
La oximetría de pulso proporciona una manera rápida para evaluar la oxigenación; la hipoxemia es un signo de embolia pulmonar y requiere más estudios. La medición de los gases en sangre arterial puede mostrar una mayor diferencia en el gradiente alveoloarterial de oxígeno (A-a) (a veces denominada gradiente A-a) o hipocapnia; una o ambas de estas pruebas son moderadamente sensibles para la embolia pulmonar, pero ninguna es específica. Debe considerarse la determinación de gases en sangre arterial, sobre todo en pacientes con disnea o taquipnea que no tienen hipoxemia detectada con la oximetría de pulso. La saturación de oxígeno puede ser normal debido a que el coágulo es pequeño o a la hiperventilación compensatoria; una pCO2 muy baja detectada con la medición de gases en sangre arterial puede confirmar la hiperventilación.
La evaluación inicial debe incluir una oximetría de pulso y una radiografía de tórax. El ECG, la medición de gases en sangre arterial, o ambos pueden ayudar a descartar otros diagnósticos (p. ej., infarto agudo de miocardio). La radiografía de tórax suele ser inespecífica, si bien puede mostrar atelectasias, infiltrados focales, un hemidiafragma elevado o un derrame pleural. Los hallazgos clásicos de pérdida focal de las marcas vasculares (signo de Westermark), densidad periférica en forma de cuña (joroba de Hampton) o agrandamiento de la arteria pulmonar descendente derecha (signo de Palla) son sugestivos pero infrecuentes (es decir, insensibles) y tienen una especificidad desconocida. La radiografía de tórax también puede ayudar a descartar neumonía. El infarto pulmonar debido a la embolia pulmonar se puede confundir con neumonía.
La oximetría de pulso proporciona una manera rápida para evaluar la oxigenación; la hipoxemia es un signo de embolia pulmonar y requiere más estudios. La medición de los gases en sangre arterial puede mostrar una mayor diferencia en el gradiente alveoloarterial de oxígeno (A-a) (a veces denominada gradiente A-a) o hipocapnia; una o ambas de estas pruebas son moderadamente sensibles para la embolia pulmonar, pero ninguna es específica. Debe considerarse la determinación de gases en sangre arterial, sobre todo en pacientes con disnea o taquipnea que no tienen hipoxemia detectada con la oximetría de pulso. La saturación de oxígeno puede ser normal debido a que el coágulo es pequeño o a la hiperventilación compensatoria; una pCO2 muy baja detectada con la medición de gases en sangre arterial puede confirmar la hiperventilación.
Tratamiento
El tratamiento de la embolia pulmonar depende del
nivel de gravedad de la afección y se adapta al paciente en función de su grupo
de riesgo. Dado que la causa de la embolia pulmonar en nueve de cada diez casos
es un coágulo de sangre (émbolo), el tratamiento se centra
prioritariamente en la coagulación de la sangre. El punto de partida del émbolo
es la obstrucción de un vaso (trombosis) en la zona de las venas de la pelvis o las piernas.
En una trombosis, un coágulo de sangre (trombo) obstruye parcial o totalmente un vaso. Cuando se
desprende una parte del coágulo, este es arrastrado con el flujo sanguíneo y
llega a través de las venas al ventrículo derecho del corazón y desde aquí al
pulmón. En este punto, el denominado émbolo tapona un vaso y provoca una
embolia pulmonar. El tamaño del coágulo desplazado es directamente proporcional
al tamaño del vaso que obstruye. El nivel de gravedad y, por tanto, también los
síntomas y el riesgo de una embolia pulmonar dependen en gran medida del tamaño
del vaso obstruido.
Existen cuatro niveles de gravedad de una embolia
pulmonar, en los que el nivel de gravedad IV se considera el riesgo más alto
para los pacientes. En el caso del nivel de gravedad I y II, el tratamiento se
basa principalmente en medicamentos anticoagulantes y persigue dos
objetivos:
1.
Estabilizar
el coágulo en la vena de la pelvis o de la pierna para evitar que se desprendan
nuevas partes del coágulo que puedan provocar más embolias.
2.
Retrasar
o evitar que el coágulo siga creciendo.
Estos
objetivos también forman parte de los niveles de gravedad III y IV, además de
otras fases del tratamiento que sirven para disolver o eliminar el coágulo en
el pulmón. Por último, se trata de normalizar el flujo sanguíneo entre el
ventrículo derecho del corazón y el pulmón.
Conclusiones
La embolia pulmonar (EP)
se produce cuando una parte de un trombo, generalmente desprendido de una trombosis venosa profunda (TVP), pasa a la circulación
pulmonar ocluyendo las arterias pulmonares. La EP es una patología
potencialmente mortal y es el motivo más común de muerte hospitalaria evitable.
Aunque el diagnóstico rápido es crucial, es posible que no se pueda
diagnosticar la EP debido a sus síntomas clínicos inespecíficos.
Entre las complicaciones a largo plazo de la EP se
incluye la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica
(HPTC).
La puntuación Wells es un sistema de puntuación habitualmente utilizado para predecir la probabilidad clínica de EP.
La gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión ha sido la opción de primera línea en pacientes con sospecha de EP durante décadas, aunque están disponibles otros métodos diagnósticos.
La puntuación Wells es un sistema de puntuación habitualmente utilizado para predecir la probabilidad clínica de EP.
La gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión ha sido la opción de primera línea en pacientes con sospecha de EP durante décadas, aunque están disponibles otros métodos diagnósticos.
Bibliografía
Tromboembolismo
pulmonar. Monografíasneuromadrid; María Antonia Juretschke Moragues, Carlos
Barbosa Ayúcar; 2002; Doyma.
Sandoval
BJ, Florenzano VM. Diagnóstico y tratamiento del tromboembolismo pulmonar. Rev
Med Clin. Condes. 2015[citado 11 Ener 2016];26(3):338-43. Disponible en: http://ac.els-cdn.com/S0716864015000681/1-s2.0-S0716864015000681-main.pdf?_tid=010f1de2-c6c4-11e5-8c08-00000aacb361&acdnat=1454098264_87bd2bf1eb53df3afeca32568a3ec66f
NEUMONIA
INTRODUCCION.
La neumonía es una infección que inflama
los sacos aéreos de uno o ambos pulmones. Los sacos aéreos se pueden llenar de líquido o pus (material purulento), lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Diversos microrganismos, como bacterias, virus y hongos, pueden provocar neumonía.
La neumonía puede
variar en gravedad desde suave a potencialmente mortal. Es más grave en bebés y
niños pequeños, personas mayores a 65 años, y personas con problemas de salud o
sistemas inmunitarios debilitados.
DESARROLLO.
La neumonía es una infección del pulmón que puede ser
causada por múltiples microorganismos (bacterias, virus y hongos).
Las neumonías se clasifican según se adquieren en
el día a día de una persona (neumonía adquirida en la comunidad) o en un centro
sanitario (neumonía hospitalaria).
Cualquiera puede sufrir neumonía, y existen muchos
factores que determinan que una persona sea más susceptible a infección por
unos microorganismos u otros. Por ejemplo, en personas sanas, la neumonía más
común es la producida por una bacteria llamada neumococo
(Streptococcus Pneumoniae).
(Streptococcus Pneumoniae).
En
cambio, en personas ingresadas en centros hospitalarios, otras bacterias poco
comunes en la comunidad son más frecuentes.
EPIDEMIOLOGIA
constituyen una de las principales
enfermedades en la lista de las primeras 30 causas de mortalidad a nivel
mundial. De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud, a
nivel global las IVRB en el año 2008 ocasionaron la muerte a 3.46 millones de
personas, lo que corresponde al 6.1% del total de muertes para ese año,
colocándola en el tercer lugar como causa de muerte después de la enfermedad
isquémica del corazón y la enfermedad cerebrovascular. Las cifras para ese
mismo rubro en los países de medianos recursos fueron 2.07 millones de
muertes, que correspondió al 5.4%
del total de muertes, colocándola en el cuarto lugar.1 La tasa global de
neumonía adquirida en la comunidad (NAC) varía de 8 a 15 por 1,000 personas por
año. En general, hay una variación estacional, con mayor ocurrencia de casos
durante los meses de invierno, y es más frecuente en hombres que en mujeres;
asimismo, los niños y los adultos mayores padecen esta enfermedad de forma
desproporcionada.2 La incidencia de neumonía en el mundo varía por país, sexo y
edad, lo que afecta en los registros relacionados a la epidemiología,
etiología, morbilidad, mortalidad, tasa de resistencia a antibióticos y costo económico
de la enfermedad. La edad es un determinante importante de la frecuencia de
neumonía, como lo demuestra la frecuencia elevada en los menores de 2 años y a
partir de los 50 años, aunque la proporción varía dependiendo del país.3 El
entendimiento y estudio de la morbilidad y mortalidad por neumonía es
fundamental para la planeación e implementación de la atención y prevención de
estos casos. Las políticas de salud se basan en parte, en conocer la
distribución y determinantes de las enfermedades a través del tiempo, esto es
importante sobre todo para enfermedades como la neumonía debido a su elevada
morbilidad y mortalidad en México y en el mundo
ETIOLOGIA
La neumonía es un
proceso inflamatorio del parénquima pulmonar, reconocible radiológicamente y
evidenciado por una clínica dependiente de la edad, la constitución del
paciente y, en parte, por la etiología que la origina. En la infancia, la mayor
frecuencia corresponde a las neumonías producidas por microorganismos
(bacterias, virus, hongos), siendo de menor incidencia las originadas por
causas no infecciosas (aspiración, cuerpos extraños, etc.). Los virus
respiratorios son los agentes causales frecuentes de neumonía, sobre todo en
los primeros años. Streptococcus pneumoniae es el patógeno bacteriano
más frecuente, principalmente en menores de 9 años; Mycoplasma pneumoniae,
con un aumento de incidencia a partir de los 5 años, es el más habitual a
partir de los 9 años.
Por otra parte, las
neumonías recurrentes o persistentes conforman un grupo heterogéneo de
procesos en los que se debe investigar la presencia de anomalías estructurales
o de alteraciones en el sistema inmunitario del huésped que predispongan a su
aparición.
La neumonía es, en la
actualidad, una causa importante de morbilidad en la infancia, la mortalidad es
muy rara. En la edad preescolar se estima que tiene una prevalencia del 4%, tasa
que se reduce a la mitad en la edad escolar y la adolescencia. Por fortuna, la
neumonía adquirida en la comunidad es fácilmente tratable, limitándose los
problemas a los niños más pequeños y a los que presentan algún tipo de
compromiso inmunológico.
La sintomatología
clínica no facilita un diagnóstico etiológico. Por ello, mientras se conocen
los resultados de los estudios microbiológicos y serológicos correspondientes,
deberán tenerse en cuenta los microorganismos más frecuentes en cada grupo de
edad para iniciar el tratamiento empírico adecuado.
FISIOPATOLOGÍA
FISIOPATOLOGIA:
Es
consecuencia de la proliferación de microorganismos a nivel alveolar y la
respuesta contra los patogenos es desencadena por el hospedador.
Mecanismos:
1. Aspiración: es la más frecuente y se origina desde la orofaringe, ocurre durante
el sueño debido a que es aspirado pequeños volumenes de material faringeo, en
especial en ancianos y personas con disminucion de conciencia.
2. Propogacion hematogena: desencadena por una endocarditis tricúspidea o por
extensión contigua desde los espacios alveolares o mediastinos infectados.
3. Mecanicos: Provocado por la ausencia del reflejo nauseoso y el reflejo tusigeno
que brindan proteccion decisiva evitando la broncoaspiración.
Nota: Cuando las barreras antes mencionadas se vencen o
cuando los patogenos son lo suficientemente pequeños para llegar a los alveolos
por inhalacion. Entonces se genera una activacion de macrófagos alveolares para
eliminarlos o destruirlos. Además proteinas locales como la “A y D” que tienen
actividad antibacteriana y antiviral, posteriormente la eliminación es mediante
la capa mucociliar o por los linfáticos.
Sin embargo los macrófagos pueden ser superados y no
tienen la capacidad de fagocitar a los patogenos generando las manifestaciones
de la neumonía clínica.
MANIFESTACIONES
CLINICAS:
DIAGNOSTICO
Primero
es importante preguntar y tener una historia
clínica y, luego, realizar una exploración física en la que, entre otras cosas,
escucharás los pulmones con un estetoscopio para detectar cualquier sonido
anormal de burbujeo o crepitación que sugiera la presencia de neumonía.
Si
existe una sospecha de neumonía, es recomendable los siguientes exámenes:
·
Análisis de sangre. Los análisis de
sangre se usan para confirmar una infección e intentar identificar el tipo de
organismo que está causando la infección. Sin embargo, la identificación precisa no siempre es posible.
·
Radiografía torácica. Esta ayuda al médico
a diagnosticar la neumonía y a determinar la extensión y la ubicación de la
infección. No obstante, tu médico no puede saber por medio de una radiografía
qué tipo de germen está causando la neumonía.
·
Pulsioximetría. En esta prueba, se
mide el nivel de oxígeno de la sangre. La neumonía puede hacer que los pulmones
no sean capaces de pasar una suficiente cantidad de oxígeno al torrente
sanguíneo.
·
Prueba de esputo. Se toma una muestra
de líquido de los pulmones (esputo) que se obtiene haciendo toser
profundamente al paciente; luego, se analiza la muestra para ayudar a
identificar la causa de la infección.
Es
posible que el médico solicite otros exámenes si tienes más de 65 años, estás
en el hospital o tienes síntomas graves u otras enfermedades. Estos pueden incluir los siguientes:
·
TC. Si la neumonía no
mejora en el tiempo esperado, es posible que el médico te recomiende hacerte
una TC de tórax para obtener imágenes más detalladas de los pulmones.
·
Cultivo de líquido
pleural.
Con una aguja que se inserta entre las costillas, se toma una muestra de
líquido de la zona pleural y se la analiza para determinar el tipo de la
infección
Cultivo de líquido
pleural.
Con una aguja que se inserta entre las costillas, se toma una muestra de
líquido de la zona pleural y se la analiza para determinar el tipo de la
infección
TRATAMIENTO
El
tratamiento para la neumonía implica la cura de la infección y la prevención de
complicaciones. Las personas que presentan neumonía adquirida en la comunidad
normalmente pueden recibir tratamiento en sus hogares con medicamentos. A pesar
de que la mayoría de los síntomas se alivian en unos pocos días o semanas, la
sensación de cansancio puede perdurar durante un mes o más.
Los
tratamientos específicos dependen del tipo y la gravedad de la neumonía, tu
edad y tu estado de salud general. Las opciones incluyen las siguientes:
·
Antibióticos.
Estos medicamentos se usan para el tratamiento de la neumonía bacteriana. Puede
llevar un tiempo identificar el tipo de bacterias que causan la neumonía y
elegir el mejor antibiótico para tratarla. Si los síntomas no mejoran, el
médico puede recomendarte un antibiótico diferente.
·
Medicamentos para la tos.
Estos medicamentos pueden usarse para calmar la tos a fin de que puedas
descansar. Debido a que el toser ayuda a aflojar y mover los fluidos de los
pulmones, es bueno no eliminar la tos completamente. Además, debes saber que en
muy pocos estudios se ha examinado si los medicamentos para la tos de venta
libre disminuyen la tos causada por la neumonía. Si quieres probar un supresor
de la tos, usa la dosis más baja que te ayude a descansar.
·
Antifebriles/analgésicos.
Posiblemente tomes estos según lo necesites para aliviar la fiebre y el
malestar. Estos incluyen medicamentos como la aspirina, el
ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el paracetamol (Tylenol,
otros).
Antifebriles/analgésicos.
Posiblemente tomes estos según lo necesites para aliviar la fiebre y el
malestar. Estos incluyen medicamentos como la aspirina, el
ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el paracetamol (Tylenol,
otros).
CONCLUSIONES
La neumonía, también
conocida como pulmonía, es una infección en el pulmón que afecta cada año a
entre 7 y 15 personas de cada mil. Los alveolos de los pulmones, que en una
persona sana se llenan de oxígeno al respirar, en un enfermo de neumonía
contienen líquido y pus, dificultando la respiración.
En Mexico 18 de cada 1.000 personas
padecen una neumonía al año y más de un 23% requieren tratamiento
hospitalario.
Para tratar esta enfermedad, se utilizan
mayoritariamente medicamentos específicos que contienen principios activos que
combaten de forma activa los agentes patógenos desencadenantes de la infección.
En caso de neumonía bacteriana son efectivos, por ejemplo, los antibióticos.
En las personas jóvenes y sanas, lo más
habitual es que la neumonía remita sin dejar secuelas. Sin embargo, en
personas inmunodeprimidas existe la posibilidad de que surjan complicaciones,
que en determinadas circunstancias pueden suponer un riesgo para su vida.
Las neumonías causadas por
agentes patológicos hospitalarios, cuyo contagio se produce durante ingresos en
centros de atención sanitaria (infecciones nosocomiales), son difíciles de
tratar. La razón es que estos organismos son resistentes a los medicamentos
actuales.
BIBLIOGRAFÍA
www.medigraphic.org.mx
Neumol Cir Torax, Vol. 74, No. 1, Enero-marzo 2015
Principios de Medicina Interna.
Harrison. 15ª Edición. McGraw-Hill, 2002.




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